El desarrollo de la arquitectura histórico-monumental en la Ciudad de México, 1877-1910 Público Deposited
En la segunda mitad del siglo XIX, ciudades Europeas como París, Londres, Hamburgo y Madrid, así como otros centros urbanos de América, estuvieron inmersos en un significativo proceso de transformación urbana y arquitectónica. Tales transformaciones fueron promovidas por el significativo progreso económico e industrial del capitalismo. Dentro de éstas se inscribió una corriente artística que promovió el fomento del arte, y de manera especial los monumentos, también llamados arquitectura conmemorativa, con la intención de que este tipo de obras artísticas tuvieran no sólo una función urbana, sino histórica, política y cultural, contribuyendo tanto al decorado urbano como a la proyección de alguna idea de tipo histórico, o bien político. Este fomento de monumentos fue conocido como “estatuomanía”, y promovió la erección de obras de carácter conmemorativo que cumplieran con los fines antes señalados. La incursión de México dentro de tal corriente artística se dio en el último tercio del siglo XIX correspondiente al gobierno de Porfirio Díaz (1876-1911), período en el cual se gestó uno de los proyectos históricos y artísticos más significativos de que se tiene memoria hasta el día de hoy. En tal proyecto el presidente Díaz en conjunto con el ministro de Fomento Vicente Riva Palacio, idearon la creación de uno de los primeros ejes artísticos e históricos de que se tiene registro dentro de la historia de México. En donde se pretendió representar por medio de artísticos y bellos monumentos a lo largo del Paseo de la Reforma, las distintas etapas de la historia de México. Aunque la construcción de tal proyecto tomaría alcances más ambiciosos extendiéndose a otros lugares del resto del país. Con el fomento de éste tipo de obras, se proyectaría el significativo progreso material y cultural alcanzado por el país en los albores del siglo XX, progreso que fue promovido de manera importante a lo largo de la administración porfirista. Para que este proyecto se materializara, fue necesaria la participación de instituciones y profesionistas que pudieran proyectar la grandeza histórica de México y de su importante camino hacia el progreso. Por tal razón, fue indispensable crear nuevas instituciones, como la Fundición Artística Mexicana, y mejorar las ya existentes, como la Escuela Nacional de Bellas Artes. En las cuales recayó la importante labor de formar a los artistas que se encargarían de proyectar obras de notable belleza artística e histórica que mostraran la grandeza de la historia patria. En la reconstrucción de ésta por medio de notables monumentos, se intentó reflejar la visión del grupo en el poder y de su proyecto de gobierno. A partir de la cual, se determinaron aquellos personajes que habrían de figuran en cada uno de los distintos episodios de nuestra historia y en los cuales el régimen que los erigía encontraba sus bases ideológicas y políticas. Por último, alrededor de la erección de estos monumentos se realizaron significativas ceremonias de carácter cívico, que pretendieron enaltecer a los personajes y períodos que éstos representaban. Durante las ceremonias hubo importantes intelectuales, historiadores y políticos, que se dieron a la tarea de enlazar a los personajes y períodos representados, con el gobierno que se había encargado de promover su edificación.
Through the second half of the XIX Century, European cities such as Paris, London, Hamburg and Madrid, as well as other urban centers in the Americas, were immersed in an important process of urban and architectural transformation. This transformation was promoted by the important economic and industrial progress engendered by the capitalism. Within these transformations there was an artistic current that sought to support the Arts, and in a rather especial way the construction of monuments, otherwise known as commemorative architecture, with the intention that these masterpieces had not only an urban function but also an historical, political and cultural one, contributing, not only, to the urban decoration but also as reminders of historical or political ideas. This proliferation of monuments was known as “statue mania” and it promoted the erection of monumental pieces that had a commemorative character and also served to emphasize the above mentioned ends. Mexico’s incursion in this artistic current occurred through the last third of the XIX century which corresponds to the Porfirio Diaz government period (1876-1911). One of the most important historical and artistic projects in memory was conceived and partially executed in this period. President Diaz, along with one of his ministers, Vicente Riva Palacio, conceived the creation of one of the first historical and artistic axis of which we have knowledge in the history of Mexico. In which they intended to represent the different epochs of the Mexican history, by means of artistic and beautiful monuments, located along the most important avenue in Mexico City (the Paseo de la Reforma). Although, this project would reach even further when considering other cities of the country. With the promotion of this type of constructions, Mexico would project the important material and cultural progress to which it had had access towards the dawn of the XX Century, all of it thanks to the “Porfirian” government. In order for this project to become real, it was necessary to have the participation of diverse institutions and professional individuals that were able to project the historical greatness of Mexico and its important advancements towards progress. For this reason, it was of paramount importance the creation of new institution such as the “Fundición Artística Mexicana” (Mexican Artistic Smelting), and the improvement of those already existing such as the “Escuela Nacional de Bellas Artes” (Fine Arts School). Both these institutions, had the important duty of preparing the artists that would design and build works of unquestionable historical and artistic beauty that would project the greatness of Mexico’s history. In the historical reconstruction undertaken by noteworthy monuments, it was intended to portray the ideas, vision and government project of those in power. This, of course, determined those characters that would be included in each one of the historical periods of our history, and on whom the regime found its ideological and political basis. For the inauguration of these monuments, important ceremonies of civic character took place. These ceremonies intended to praise the virtues of the peoples and the periods represented by the monuments in question. Important people of the intellectual as well as of the historical and political realms spoke linking the heroes and ideas represented in the monuments being inaugurated with the government that promoted their construction.
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