Los mecanismos precisos del inicio del trabajo de parto a término aún no son conocidos en su totalidad; sin embargo, algunos estudios en humanos han revelado el papel que juegan las citoquinas en el inicio y mantenimiento del mismo, vinculándolo como un proceso inflamatorio que parece coincidir con el retiro funcional de la progesterona al final del embarazo. Hallazgos previos sugieren una posible relación entre la actividad del sistema nervioso autónomo y una respuesta inflamatoria durante el trabajo de parto. Un método no invasivo para evaluar indirectamente la actividad del sistema nervioso autónomo es por medio del análisis de las fluctuaciones de la frecuencia cardiaca (FFC), que incluso ha sido considerado como una importante “ventana” para entender las interacciones neuroinmunes que involucran al nervio vago. Durante mi trabajo previo de maestría encontré evidencia que sugiere una posible relación entre la actividad autonómica y una respuesta antiinflamatoria durante el trabajo de parto. Esto se identificó a través de los exponentes de escalamiento fractal del corto plazo α1, α1(MAG) (de magnitud) y α1(SIGN) (de signo) por el método de análisis de fluctuaciones sin tendencia (DFA, por sus siglas en inglés). Considerando que el trabajo de parto a término es un estado proinflamatorio desencadenado por un estímulo estéril, y que a su vez éste involucra una intensa actividad muscular, gasto energético y daño tisular, entonces hipoteticé que, en esta etapa, el análisis de las FFC reflejará una respuesta autonómica cardiaca con participación colinérgica como mecanismo homeostático.
Con este marco de referencia, el objetivo de la presente investigación fue asociar una respuesta inmune con la dinámica de las FFC durante el trabajo de parto a término y de bajo riesgo, involucrando la acción de una ruta colinérgica y la cuantificación de citoquinas proinflamatorias/antiinflamatorias. Para lograr este objetivo, en primer lugar, se validó en un modelo experimental en roedores si los parámetros no lineales de las FFC son sensibles para identificar un proceso de inflamación sistémico (endotoxemia). Posteriormente, se exploró en dicho modelo los posibles efectos antiinflamatorios de la oxitocina, una hormona relevante durante el trabajo de parto, a través del análisis de las FFC y la respiración derivada del electrocardiograma. Por otra parte, y en un contexto clínico, se analizaron longitudinalmente las citoquinas proinflamatorias/antiinflamatorias en un grupo de mujeres en tercer trimestre de gestación y posteriormente en el trabajo de parto activo. Finalmente se buscaron correlaciones entre parámetros de las FFC y los iv marcadores inmunológicos, así como también se implementaron herramientas de reconocimiento de patrones para futuras aplicaciones diagnósticas. De un modelo animal desarrollado durante el presente trabajo puedo resumir lo siguiente a partir de mis hallazgos: se encontró que la endotoxemia inducida por la administración intraperitoneal de lipopolisacárido (LPS) produjo que las FFC en el largo plazo se tornaran más anticorrelacionadas (como es indicado por valores de α1(SIGN) más cercanos a 0).
Además, la endotoxemia estuvo acompañada de taquicardia, taquipnea, pérdida de la dinámica fractal del ritmo cardiaco, disminución en parámetros espectrales de las FFC, baja variabilidad cardiaca, cambios en la temperatura periférica, y conducta letárgica. En contraste, la mayoría de los cambios en estos parámetros fueron amortiguados en las ratas a las que se les administró oxitocina subcutánea, posiblemente como resultado de un acoplamiento autonómico cardiorrespiratorio con influencias colinérgicas debido a la administración concomitante de oxitocina exógena durante la endotoxemia inducida por LPS. Mis resultados en la investigación en mujeres embarazadas sugieren que el trabajo de parto es un proceso inflamatorio caracterizado por la disminución de varios miembros de la familia de citoquinas IL-10. Además, la menor anticorrelación en las FFC (indicado por valores de α1(SIGN) cercanos a 0.5) y mayor variabilidad total en las FFC (indicado por valores elevados del SDNN) en el trabajo de parto parecen reflejar una interacción distinta entre las ramas simpática y parasimpática del control autonómico cardiaco en comparación con el tercer trimestre de embarazo.
De manera general con todos estos hallazgos concluyo que el trabajo de parto es un proceso inflamatorio acompañado de una posible influencia concomitante de las ramas simpática y parasimpática del control autonómico, dicho mecanismo podría perdurar hasta resolver el proceso inflamatorio, es decir posterior al nacimiento. Por último, el hallazgo de que diversas citoquinas, principalmente el sCD30 y los miembros de la familia de la IL-10 estén correlacionadas con parámetros vagales de la FFC, sugiere un vínculo funcional entre una inflamación sistémica y la regulación autonómica en el trabajo de parto
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