La desnutrición es un grave problema de Salud Pública a nivel mundial. Es considerada una enfermedad que llega a producir el desarrollo de patologías más graves, e incluso la muerte. Esta enfermedad es capaz de afectar a todos los sistemas y órganos de los individuos. De manera sencilla, podríamos decir que la desnutrición es el resultado de la mala asimilación de nutritientes esenciales para la supervivencia del organismo, siendo la causante del desarrollo de diversos estados patológicos de gravedad. Se han realizado estudios sobre el impacto de esta enfermedad en el SN, los cuales se han basado principalmente en técnicas invasivas para observar la funcionalidad del SN (en el mejor de los casos), así como también estudios en ex vivo (post mortem) que han demostrado de manera microscópica (por medio de histología principalmente) cambios en las zonas sinápticas y también en la arquitectura celular. Actualmente, con el avance tecnológico, podemos realizar estudios funcionales en humanos y modelos animales para observar la funcionalidad del cerebro, sin la necesidad de recurrir a métodos in vitro o en ex vivo. Gracias a las técnicas de IRM, podemos observar tanto la morfología como la funcionalidad del cerebro en cerebros desnutridos, y así analizar si existen cambios significativos con respecto a cerebros normales. En el presente trabajo, se realizó un estudio de IRMf, para comparar los cambios funcionales que pueden estar presentes en cerebros desnutridos empleando un modelo animal. Para estudiar las respuestas funcionales del cerebro, se empleó un estímulo eléctrico en los roedores (colocando electrodos en las vibrisas, o bigotes). El objetivo de este tipo de estímulo, fue para poder observar la respuesta del nervio trigémino y así observar su respuesta en el cerebro. Este tipo de estímulo está bien estudiado por diversos grupos de investigación a nivel mundial relativamente es una respuesta muy sencilla y directa, ya que la respuesta cerebral únicamente se ha apreciado a nivel de corteza somatosensorial. Se tuvieron dos grupos experimentales: control y desnutrido. Mediante el procesamiento digital de las imágenes funcionales, se apreciaron cambios significativos entre ambos grupos. Mientras que en el grupo control la respuesta fue únicamente en corteza somatosensorial, en el grupo desnutrido se apreciaron cambios en varias regiones del cerebro, pero se apreció que existió activación cerebral principalmente en cerebelo, hipotálamo e hipocampo, además de corteza somatosensorial. Además del análisis funcional, también se analizaron las señales de cada una de las regiones de interés y se compararon entre grupos, encontramos que en el grupo desnutrido la señal del cerebelo fue mucho mayor a comparación de la señal de la región de la corteza somatosensorial. También realizamos un análisis anatómico del cerebro de ambos grupos. Encontramos un cambio morfológico significativo a nivel del cerebelo en el grupo desnutrido en comparación con el grupo control. Los resultados obtenidos, indicaron que existen diferencias significativas en cuanto a las señales obtenidas entre cerebros normales y desnutridos. Uno de los principales hallazgos encontrados, es que en los cerebros desnutridos existe una respuesta anormal del cerebro, ya que se encontraron activaciones en zonas cerebrales como el hipotálamo, el hipocampo y el cerebelo, además de respuesta en corteza somatosensorial, en comparación con los cerebros normales, los cuales únicamente presentaron activación en corteza somatosensorial. La morfología cerebral también presentó variaciones significativas a partir de imágenes anatómicas adquiridas. Una estructura cerebral que llamó mucho la atención fue el cerebelo, al realizar una reconstrucción tridimensional, se observó que en los cerebros desnutridos el cerebelo tenía una morfología totalmente irregular en comparación con los cerebros normales, además que el volumen del cerebelo en el caso de los cerebros desnutridos es mayor que en los cerebros normales. También podríamos pensar que llega a existir una alteración a nivel de neurotransimores en ciertas zonas cerebrales, los cuales son los causantes de las respuestas observadas a partir del análisis funcional. Probablemente con los resultados encontrados, podemos decir que existe una comunicación neuronal que compensa algunas fallas en lo que sería la comunicación normal a un estímulo sensorial, es decir, existe un mecanismo de plasticidad cerebral principalmente a nivel hipotalámico. Estos resultados pueden ser ocasionados por daño cerebral o cambios plásticos.
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